Muchos de nosotros podemos ver la autocompasión como algo equivalent a la conciencia o la gratitud: un objetivo valioso sin duda, pero difícil de convertir en una práctica habitual.
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Diferénciate de tus pensamientos Para eliminar pensamientos negativos es aconsejable establecer una distinción entre el pensador y el pensamiento, es decir, entre mi Yo consciente, capaz de generar multitud de pensamientos diferentes, y el pensamiento concreto que se está produciendo en mi mente.
Lleva todo lo bueno que te sucedió antes a tu presente, permitiendo que una profunda sensación de alegría y gratitud invada toda tu mente y cuerpo.
Si quieres dar con alguien positivo busca a quien es capaz de valorar todo lo que sucede en su vida, incluso las cosas malas.
Es importante identificar las fuentes de negatividad en tu vida y tomar medidas para limitar tu exposición a ellas.
Este desapego nos ayuda a reducir su influencia sobre nosotros. Practicar la atención plena consiste en aprender a ver nuestros pensamientos como simples objetos pasajeros, que podemos dejar ir o examinar sin que nos controlen.
Se trata de usar el poder de la visualización para evocar eventos positivos del pasado o para proyectar los éxitos del futuro. Intenta imaginar de una forma muy intensa, poniendo mucha atención a los detalles de las sensaciones físicas y las emociones positivas.
Los pensamientos negativos recurrentes se consolidan en nuestro cerebro y pueden llegar a ser muy molestos si no hacemos algo para deshacernos de ellos.
Cuestiona su veracidad: Una vez identificados, cuestiona la veracidad de tus pensamientos negativos. ¿Hay pruebas concretas que respalden esas Strategies? ¿Existen otras interpretaciones posibles?
Tu crítico interno no tiene por qué ser tu enemigo; puede convertirse en una guía sorprendente cuando sabes escuchar de forma diferente.
No hay que actuar siguiendo las pautas que nos marca el punto de vista de nuestro crítico interior, sino que hay que tomar decisiones según nuestro punto de vista racional here y meditado.
Pero lo que podría ser un mecanismo de supervivencia sensato en la infancia puede convertirse en una discapacidad verdaderamente debilitante en la edad adulta (Chamine, 2012).
Si hablamos de eliminar pensamientos, la primera cuestión es analizar el contenido del pensamiento y sus consecuencias para ver que nos está perturbando.